Estime de antemano cuánto tiempo necesitará para las tareas, citas y actividades individuales, y luego compare la estimación con la duración real.
En la lista diaria, anote el tiempo estimado requerido para la tarea respectiva, seguido del tiempo realmente requerido. De esta forma, será cada vez más "preciso" en la estimación del tiempo necesario a largo plazo.
La experiencia ha demostrado que la mayoría de la gente tiende a sobrestimar el tiempo realmente disponible. Es por eso que empaquetan demasiadas tareas en el día y se frustran después porque no han hecho todo lo que se propusieron. Cuanto más precisamente pueda estimar cuánto tiempo necesitará para las tareas, más realista será su planificación futura.
Otro valor empírico: a menudo se necesita tanto tiempo para una tarea como esté disponible para ella. Probablemente tú también lo sepas: si tienes 30 minutos para dedicar a una oferta, necesitas 30 minutos; si tiene 50 minutos para una oferta (comparable), entonces necesita los 50 minutos completos.
Por el contrario, muchas personas también trabajan más concentradas y no se distraen fácilmente si saben que tienen que completar una determinada tarea dentro de un cierto período de tiempo. Y algunos sólo alcanzan el máximo rendimiento bajo la presión de una fecha límite muy ajustada (una "fecha límite").
Cualquiera que sea su "tick": encuentre un equilibrio entre una planificación generosa (incluido un búfer) y cálculos ajustados.